viernes, 2 de abril de 2010

# 17. Renunciar a volar en 'primera' por el bien del medio ambiente.

El pasado mes de febrero, el periódico ‘The Guardian’ publicaba que en la lucha contra el cambio climático deben hacerse sacrificios individuales y que los diplomáticos británicos van a tener que reducir sus privilegios en sus viajes aéreos como parte de un plan del Gobierno de Gordon Brown para así poder disminuir las emisiones de carbono.

El artículo también comenta que los funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores, entre ellos los embajadores y sus respectivas familias, van a tener que viajar en clase turística en vuelos que duren un mínimo de cinco horas. Por otro lado, cuando se trate de trayectos más largos van a poder optar por viajar en ‘primera’ aunque se les sugiera que en estos casos también viaje con la opción más económica.

Con este cambio se pretende abandonar la comodidad que ofrecen las clases ‘primeras’ y ‘Bussines’. Forma parte de un plan del ‘Foreign Office’ para apoyar una campaña de lucha contra el cambio climático que pretende reducir sus emisiones de contaminantes un 10%.

Menos desplazamientos; Las emisiones de la aviación están calculadas por la cantidad de espacio que ocupa una persona en el avión. Por lo tanto, las clases ‘Bussines’ y ‘primera’ producen más emisiones. Así es tal y como lo explicó al diario un portavoz gubernamental.

Se reducirá el uso de la calefacción, utilizarán automóviles que contaminen menos y usarán más las videoconferencias para evitar que se viaje en avión. Sin embargo, la diferencia entre la huella de carbono de los pasajeros no se puede determinar con precisión.

Según unos cálculos de ‘The Guardian’, en términos de espacio, la huella de carbono en un viaje que se realice en primera clase en un avión de British Airways es 5’5 veces mayor al de uno que se haga en clase turista. Si se viaja en ‘Bussines’, el impacto medioambiental sería 3,5 veces que el de la opción más económica. Pero las diferencias no son tan grandes en los trayectos cortos ya que en los vuelos europeos no existe la ‘primera clase’ y los asientos de ‘Business’ en estos aviones cuentan con menos espacio.

Otro punto a considerar es que si nadie viaja en ‘Business’ o ‘primera clase’, las aerolíneas tendrían que subir el precio de la clase turista, lo que podría provocar una caída en el número de pasajeros, de vuelos y con esto se reduciría el impacto medioambiental de la aviación civil.

Otros departamentos del Gobierno también han tomado medidas para reducir las emisiones de carbono, como por ejemplo reducir el uso de calefacción, utilizar automóviles que contaminen menos, optar por el uso de videoconferencias para evitar viajar en avión… entre otros.

Sin embargo, representantes sindicales del personal del ‘Foreign Office’ consideran que la única intención de este plan es recortar costes.


¿Es buena idea poner en marcha todas estas nuevas medidas?
¿Los diplomáticos se conformarán con las videoconferencias o seguirán viajando en primera clase para realizar sus reuniones?
¿Los diplomáticos pensarán más en el medio ambiente o en su trabajo a la hora de coger un avión?
¿Pasarán las ‘primeras’ clases y los ‘Business’ a un segundo lugar o continuarán como siempre siendo la preferencia de los viajeros?

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