jueves, 31 de diciembre de 2009

# 07. ¡Feliz sostenibilidad!

Como todos los años, ya ha llegado la navidad, y con ella, todas las consecuencias medioambientales desfavorables tanto para el planeta como para la sociedad. Factores como el consumo excesivo, debido entre otras causas al juego emocional presente en la publicidad, el sobre-gasto energético de las calles y de las casas, el aumento de la cantidad de residuos... Y lo peor de todo ello es que son perfectamente evitables.

Uno de los mayores impactos “navideños” es la sobre-iluminación. Con la llegada de la festividad, las calles se plagan de miles de luces. Un caso extremo es, por ejemplo, el de la ciudad de Barcelona, cuyas instalaciones consumen más de un millón de kilowatios tras 160 horas de funcionamiento durante casi 40 días. ¡Una barbaridad! Pero a pesar de todo esto, sigue sin existir un plan que regule todas estas adversidades y problemáticas. Sin embargo, sí que existen soluciones viables y rentables para mejorar, o por lo menos estabilizar, esta situación, que aunque en algunos casos concretos comiencen a aplicarse, todavía no se ha generalizado su práctica. Algunos ejemplos de estas soluciones son: utilizar bombillas de bajo consumo, microbombillas o, simplemente, limitarse el número de horas de energía al día.

No obstante, desde nuestro punto de vista, lo cierto es que el impacto medioambiental es mayor, no durante la navidad, sino una vez que esta acaba. ¿Qué ocurre entonces con las luces, con el árbol de navidad, con los papeles de los regalos…? Que todo pasa a convertirse en basura. Su destino final es el mismo: el contenedor (y seguramente no el que le corresponde). El excesivo gasto navideño se ve reflejado en la gran acumulación de residuos sólidos. Durante estas fechas podemos observar por ejemplo un incremento en los residuos de papel y de vidrio de entre un 20% y un 30%, además del consumo excesivo de objetos inútiles. Tal y como señala el grupo medioambiental, Ecologistas en Acción:

No es de extrañar que, en una sociedad que sitúa el consumo y la acumulación en la cima de su escala de valores y en el objeto de sus aspiraciones, la navidad represente una oportunidad para aumentar los volúmenes de ganancias empresariales, en casi todos los casos a costa del medio ambiente.

Y es que razón no les falta. Vivimos en una sociedad en la que prima el consumo y el gasto, en la que prevalecen unas necesidades, en ocasiones falsamente construidas, y en la que muy poca gente se preocupa de cuidar el lugar en el que vive. Nosotras nos preguntamos:

¿Por qué no llevar a cabo un consumo crítico, responsable y solidario? ¿Por qué parece resultar tan difícil?

Para la sociedad, la navidad es tiempo de amor, de paz, de solidaridad… pero ¿dónde queda el medio ambiente? ¿Por qué en estos días parece no importar tanto como el resto del año?

Así pues, tal y como recoge el artículo “Por una navidad sostenible y de afectos…gratuitos”:

La Tierra nos insta a parar, reflexionar e, ineludiblemente, decrecer. Y, en este sentido, para Ecologistas en Acción, la navidad representa una oportunidad, pero para el ejercicio de una mayor responsabilidad ciudadana.

Personalmente creemos que, al copar programas, espacios publicitarios y minutos informativos, la invasión de los medios por parte del espíritu navideño contribuye a ese aparente freno en la construcción de una sociedad medioambientalmente responsable. Las noticias sobre Papá Noel, los Reyes Magos, la decoración de las ciudades, los precios de las carnes y pescados, las diferentes variedades de turrón, los lugares convertidos en postales, las mil y una formas de decorar las mesas para sorprender a los invitados… y así un largo etcétera de “noticias”, que deja sin tiempo a muchos otros temas como, el que en este caso nos interesa, el del medioambiente. Temas que si ya de por sí acostumbran a ser todavía secundarios, quedan en estas fechas relegados a un tercer plano.

Es tiempo de celebrar y dejar las obligaciones algo apartadas. Pero ahí está la clave, la preocupación por el medioambiente no debería ser una cuestión socialmente impuesta sino personalmente innata. No debería ser un tema sobre el que nos sintamos constantemente criticados sino que deberíamos ser nosotros mismos los que realizásemos una autocrítica que nos permitiese tener una visión propia y actuación propias ante el problema. Pero como no es así, al menos entre la mayor parte de los ciudadanos, la educación y concienciación sobre el tema ha de ser una tarea constante, dentro de la cual, el tratamiento del mismo por parte de los medios es uno de los principales actores protagonistas. Creemos no equivocarnos al pensar que, junto otro tipo de acciones más directas, son los que más pueden influir sobre la actitud de los colectivos y por lo tanto los que más pueden ayudar a mejorar las cosas.


¿Acostumbráis a reciclar? ¿Y durante estas fechas?
¿Estaríais dispuestos a renunciar a algunas de las costumbres típicamente navideñas por ser contaminantes?
¿Creéis que si estos días el tema medioambiental tuviese una presencia notable en los medios cambiarían las cosas?
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Enlaces
Artículo “Por una navidad sostenible y de afectos…gratuitos”
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